Una de las virtudes del muy célebre Dropbox es el arrepentimiento. Cito un caso emblemático: Trabajaba yo arduamente en un documento, para el cual utilizo siempre un archivo muy parecido en su versión original (Llamémoslo Boletín Docente 1). Luego lo modifico y al final lo grabo con otro nombre (Digamos, por ejemplo, Boletín de Docente 2). El problema estuvo en que la última vez, en lugar de guardarlo con otro nombre (2), utilicé el nombre del archivo original (1), perdiéndo con eso, la oportunidad de regresar al documento primigenio. Mi archivo "Boletín Docente 1" estaría perdido para siempre, (porque para la acción de guardar, no existe el botón de "deshacer") si no fuera porque grabo en mi carpeta de DB, los archivos que uso con mucha frecuencia. Gracias a eso, elegí con el botón derecho el, ahora modificado, documento original y elegí: "Ver versiones anteriores". Dropbox me hizo el favor de darme una lista con todas las versiones previas, de la cual, elegí la penúltima (antes del funesto yerro) y recuperé mi documento original. Una fábula cuya moraleja es...

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