Soy un convencido de que el correo electrónico es una tecnología al borde del desuso y sin embargo ayer me enfrenté a uno de los mayores retos profesionales de mi carrera: Las circunstancias son muy raras, pero tenía un archivo adjunto a un correo y ese archivo debía estar en una carpeta de Dropbox. No estaba frente a mi computadora, así que la ruta lógica (descargar y guardar en la carpeta en cuestión) no era viable. Para hacer las cosas más difíciles, no lograba ni siquiera descargar el archivo (problemas con el cliente de email), así que descargar y luego subir mediante la página web de Dropbox tampoco era viable. ¿Qué hacer? Salió a mi rescate una aplicación sencillísima. Se llama Send to Dropbox y genera dos cosas: 1) Una carpeta en Dropbox especializada en recibir attachments y 2) Una dirección electrónica a donde enviarnos los correos que incluyan los adjuntos deseados. Resultado, enviamos un correo y recibimos inmediatamente el adjunto en nuestra cuenta de DB. Puedo imaginar pocas circunstancias en donde utilizar el sistema sea útil, pero de que sirve, sirve.
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