Google Docs, el servicio en línea de Google que te permite crear y compartir documentos, presentaciones, hojas de cálculo e imágenes, no sólo es útil como alternativa gratuita y colaborativa a Office, también sirve para guardar otro tipo de archivos y carpetas. ¿Cuál es la ventaja? Hemos hablado varias veces sobre lo útil que resulta el almacenamiento en la nube ya sea como medida de seguridad (todos hemos escuchado la historia de la tesis de doctorado que se perdió irremediablemente cuando un misterioso virus destruyó el disco duro) o para tener acceso a tal o cual archivo independientemente de la computadora en la que estemos trabajando. Así pues, valdrá la pena tener en cuenta que siempre podemos contar con algo de almacenamiento en red para cuando se ofrezca. No es, en realidad, mucho, pero tiene algunos puntos a su favor. Por ejemplo, las carpetas comprimidas se pueden explorar desde Docs, sin necesidad de descomprimirlas.
Soy un convencido de que el correo electrónico es una tecnología al borde del desuso y sin embargo ayer me enfrenté a uno de los mayores retos profesionales de mi carrera: Las circunstancias son muy raras, pero tenía un archivo adjunto a un correo y ese archivo debía estar en una carpeta de Dropbox. No estaba frente a mi computadora, así que la ruta lógica (descargar y guardar en la carpeta en cuestión) no era viable. Para hacer las cosas más difíciles, no lograba ni siquiera descargar el archivo (problemas con el cliente de email), así que descargar y luego subir mediante la página web de Dropbox tampoco era viable. ¿Qué hacer? Salió a mi rescate una aplicación sencillísima. Se llama Send to Dropbox y genera dos cosas: 1) Una carpeta en Dropbox especializada en recibir attachments y 2) Una dirección electrónica a donde enviarnos los correos que incluyan los adjuntos deseados. Resultado, enviamos un correo y recibimos inmediatamente el adjunto en nuestra cuenta de DB. Puedo imaginar pocas circunstancias en donde utilizar el sistema sea útil, pero de que sirve, sirve.
Como no todo en la vida es trabajo y lo que nos hace más eficiente es el buen humor, hoy me permito recomendar el blog de Francisco Javier Olea, Oleismos. Es un diseñador ilustrador chileno con un poco de sosa cáustica en la imaginación. Publica casi diario un cartón que lo mismo juega con el lenguage que con las convenciones establecidas. Una lindura.